Hace unos días atrás leía en un blog sobre un “working holiday” (viaje donde trabajás en otros países; suele hacerse para ganar dinero y a la vez poder viajar y conocer). La autora contaba sus frustraciones, todo lo que no le gustaba, lo mal que la estaba pasando. En los comentarios te enterabas que, en realidad, esta experiencia la había vivido hacía tiempo pero que le gustaba volver a compartir el artículo por las reacciones que generaba.
Quizás te preguntes por qué te estoy contando esto. Bueno, en los comentarios se leían las reacciones y si no me equivoco más del 90% de los comentarios eran “gracias por hablar de esto, a mí también me pasó” tal o cual cosa. Más allá de cuáles eran las coincidencias, la mayoría insistía en este punto (con el que la autora también empezaba): en todos lados sólo te hablan bien de las working holidays, te muestras fotos espectaculares, te dicen que es la mejor experiencia y casi no hay un lugar donde leer ese otro aspecto que tienen.
Encuentro que esto también tiende a suceder con la vida como expatriados o migrantes (ni qué hablar cuando es una expatriación que hace que el nivel socioeconómico suba y mucho). Y tal vez será por eso que insisto tanto con esos otros aspectos. Es que, tal como pasaba en ese artículo, encuentro la misma respuesta de parte de mis pacientes, entrevistados, de quienes siguen la fanpage de ExpatPsi y de quienes hacen mis cursos: gracias por hablar de esto. Me siento mejor sabiendo que no es tan raro que no me sienta fantástico todo el tiempo.
Pensaba en por qué los seres humanos insistimos en recortar una parte de la experiencia, insistimos en que todo debería brillar, en que podría haber una felicidad constante. Hay todo un debate y la verdad no sé si esto tiene que ver con las redes sociales aunque creo que en un punto ellas lo exacerban. Facebook congela una imagen, bah, la foto congela una imagen que les llega a todos. Después de esa foto en que vemos una familia “perfecta” tal vez la hija le tiró del pelo al hermano y casi le arranca un mechón; después de esa foto en que la luna de miel se ve perfecta a lo mejor la pareja discutió porque cada uno quería recorrer una parte distinta de la ciudad; después de esa foto donde estoy dándome la gran vida comí algo tan fuerte que terminé con dolor de cabeza y quedándome el resto del día en el hotel… En fin, después de la foto pasan cosas pero nunca están a la vista de todos (y casi nadie las agrega en los comentarios tampoco). Y ojo, no digo que deberían estarlo; lo que me parece importante resaltar es que nos quedan trozos de idealización por todos lados.
Esto ya pasaba antes de las redes sociales, por supuesto, por ejemplo en las revistas que muestran la vida de actores, gente de la farándula o de la realeza son un gran ejemplo donde se relatan vidas perfectas, vidas sin manchas, vidas sin problemas (supuestamente). Incluso en la mayoría de esas revistas si la estrella nos comparte una dificultad que tuvo, también nos cuenta rápidamente cómo se resolvió. Antes yo “xxx” pero ahora ya lo superé (en el “xxx” podemos poner cualquier cosa negativa).
Leyendo los comentarios en el blog que te comentaba al principio volvió a quedar claro que es importante seguir escribiendo sobre esto. Me parece buenísimo que la autora siga compartiendo el artículo porque eso permite generar conciencia. ¿De qué? De algunos aspectos no tan espectaculares de la experiencia. ¿Por qué? Porque si sabemos que pueden pasar (o que seguramente nos van a pasar) vamos a estar mucho mejor preparados para vivirlos. Ya con saberlo, insisto, estamos mucho mejor equipados.
La vida internacional, como todo, tiene ventajas y desventajas. Negar las partes “malas” de la experiencia nos impide estar preparados para enfrentarlas. Por eso escribo este blog y publico notas sobre diversos aspectos de la “vidaexpat”: porque estoy convencida de que podemos prevenir mucho si tenemos la información a tiempo y por eso incluso también armé Código Expat, el curso para entender todo lo que nos sucede cuando nos expatriamos o migramos visto desde varios puntos de vista: intercultural, psicológico, etc.
Sucede que muchas veces para poder ser resilientes -salir fortalecidos de las experiencias difíciles- lo que nos falta es conocimiento. Si crees que tu expatriación puede ser mejor, te invito a que recorras y leas el blog (acá tenés un listado de artículos que pueden servirte*), mires de qué se trata Código Expat y, si conocés a alguien que esté viviendo esta experiencia y puedan servirle alguna de las dos cosas, no dejes de compartíirle esos recursos. Seguro te lo va a agradecer.
*Hasta que pueda hacer un rediseño del blog, sé que no es fácil buscar artículos. En la columna de la derecha, más abajo, vas a encontrarlos por categorías!!!