Inside Out o Intensa Mente (o la traducción que haya tenido un tu país) es de lejos una de las mejores películas que vi. Bueno, no sé si es tan así pero claramente me viene como anillo al dedo para mi trabajo y mis artículos. Es que mi talento y mi trabajo como psicóloga para expatriados y migrantes es ayudarlos a procesar lo que les duele, lo que los traba, lo que los paraliza. Y justamente eso es, generalmente, de lo que nadie quiere hablar, lo que todos preferirían esconder bajo la alfombra (porque tiene poco glamour, digamos, para publicarlo en Facebook o en la tapa de la revista Oh La Lá). Entonces Pixar hace una película como esta y para mí es inevitable estar super agradecida.
Hay varios aspectos a resaltar de la historia. Hoy quiero comentar una cuestión que creo que es válida tanto para los adultos como para los niños y adolescentes. Al principio de la película vemos a la protagonista, Alegría, haciendo esfuerzos sobrehumanos para no sentirse mal, para poner “buena cara al mal tiempo”, para ser optimista. Y aclaro, el optimismo puede ser genial pero, si en tu interior se está derrumbando el mundo, quizás no es el mejor momento para ser optimista.
Poner lo mejor de uno para una mudanza no quiere decir sonreír todo el tiempo ni soportar todos los embates de la situación con una sonrisa. Por algún extraño motivo está sumamente valorado el hecho de que las personas soporten cosas sin protestar ni quejarse, ¿lo notaste? Preferimos que se callen, que no hablen de su dolor, de lo que les pasa aun a riesgo de que les queden los duelos congelados dentro de sí; incluso aunque ese dolor pueda convertirse luego en una “infección” por dentro y terminar generando una angustia o una ansiedad insoportable.
A ver, es superentendible que no sepamos qué hacer cuando alguien nos cuenta lo que le duele, lo que lo está haciendo sufrir. Es muy difícil escuchar sin tratar de resolver la angustia del otro. Y sí, a los seres humanos nos pasa eso. Pero nunca sabremos si necesitamos ayudar por empatía o por lo insoportable que nos resulta sólo escuchar y sentir que lo que hacemos es algo pasivo (Aunque la escucha ya de por sí es una acción activa como te decía acá).
En la película es evidente que es tan grande el esfuerzo que la protagonista hace por no conectarse con lo triste, con lo malo, con lo doloroso que termina desarmando su mundo interno. Una expatriación no necesariamente tiene que llegar a este estado (aunque muchas sí llegan a generarlo). Hay una escena en la película que, creo, da una clave: cuando el muñeco imaginario está triste. Y, claro, ¡cómo no va a estar triste si están olvidándose de él! Tiene motivos para su dolor pero Alegría no quiere saber nada de eso e intenta distraerlo, que se olvide, que se enfoque en lo bueno. Es recién cuando Tristeza lo escucha que él puede procesar el dolor.
Si de este artículo te queda una frase, ojalá sea esta: el dolor se va, pero no por enfocarnos en lo bueno sino por nombrarlo, por dale su lugar y procesarlo. Las cicatrices van atenuándose con los años pero para eso primero tienen que cerrar. Negar lo doloroso es como tener una herida abierta y no desinfectarla. ¡Te imaginarás lo que podría salir de allí después de unos años!
Como te comenté en otros artículos, en mi trabajo como psicóloga online para expatriados y migrantes, observo que muchas situaciones de angustia y dolor podrían haber sido más leves con el apoyo adecuado. Y no necesariamente todas las personas necesitan sesiones. Por eso, en su momento decidí crear el blog y después cursos para ayudar, compartir información, técnicas y herramientas.
No siempre podemos nombrar las pérdidas. A algunas personas les resulta más fácil que a otras. A veces es difícil registrarlas y otras veces hay duelos que ni nos imaginamos que tenemos. Por eso también decidí crear un “curso tipo taller” que se llama “Reencontrate en tu nuevo destino”. Si sentís que tu brújula no está funcionado del todo bien, si sentís que estás necesitando ayuda para volver a “encontrarte”, te invito a que te anotes. Y si creés que puede serle útil a alguien a quien que conozcas, seguramente te agradecerá que se lo pases.