Hoy retomo el tema del shock cultural. Ya te conté de qué se trata (aquí), sobre sus fases -y mi opinión al respecto- (aquí) y otras cosas más aquí.
Ya sabes que el shock viene más allá de tus ideas acerca de la cultura en la que estás inmerso. La diferencia está en cuan rápido llegará Porque aún si vas a un lugar que te parece genial, trascurrido cierto tiempo de decir “¡Qué bueno esto!”, “¡Qué fantástico lo otro!” -es decir, una vez pasada la fascinación inicial- empieza este período tan intenso.
Y si estás viviendo en una cultura que no te gusta… bueno, ahí lo fuerte viene desde ya desde el principio. Como ya he dicho en el pasado, no es lo mismo experimentar una cultura estando de vacaciones que estando viviendo allí y el shock cultural se presenta como una serie de síntomas, sensaciones y angustia que es bastante inconfundible.
Una buena manera de ilustrarlo es compararlo con la sensación de estar viendo una película en idioma extranjero y no contar con la ayuda de los subtítulos. Y esto corre tanto para quien va a un país cuya lengua no habla como para quien sí cree hablar el mismo idioma.
Incluso es más fuerte cuando uno cree que habla el idioma. Porque uno está preparado para pensar que, si va a Rusia, no va a entender nada (ni los carteles, ni a la gente…); pero si uno se mueve dentro de países de habla hispana presupone que va a entender de qué le hablan y qué está sucediendo dentro de las situaciones que vive. Pero, más de una vez, las costumbres y los acuerdos tácitos de esa sociedad en particular nos pueden resultar indescifrables.
Por poner un ejemplo, cada lugar tiene diferentes costumbres con relación a invitar a otras personas a su casa. En algunas sociedades se acostumbra a invitar enseguida, ni bien te conocen. En otras esto no se hace ni con los íntimos. En el medio están aquellas donde lo usual es primero tomarse un tiempo para conocer a las personas y luego invitarlas a la casa mientras que en otras se invita como una cordialidad, porque corresponde, y se espera que te excuses. Entonces, al aceptar, uno puede terminar en una situación incómoda habiendo creído que estaba siendo realmente invitado.
Como ésta hay un sinnúmero de situaciones en las que uno no tiene los subtítulos y entonces se queda sin entender, como por fuera; y, por supuesto, llega un momento en que la frustración nos supera, en que no podemos más con los malos entendidos y con la desesperación por que alguien nos explique cómo funcionan los códigos culturales y sociales de esas personas.
Para ese momento algunos encuentran mucho alivio relacionándose con expats o con gente de su país de origen, porque esos encuentros son como un bálsamo ante la crudeza diaria. Y, cuando uno ya está instalado hace años, empieza a ver el mismo proceso en otros: cómo van cambiando el relato sobre sus experiencias cuando llegan a ese punto de no dar más. Es decir que ni uno se está volviendo loco ni nada es para siempre. Por supuesto, cuando la angustia nos desborda siempre es bueno pedir ayuda. Pero la idea de este blog es compartir las vivencias clásicas porque cuando uno se entera de que no es el único que lo está viviendo… digamos que la sensación cambia, ¿no?
Seguramente te queda dando vueltas la conocida frase “Mal de muchos, consuelo de tontos”. Justamente te propongo que la repienses, porque creo que es un grave error tomarlo así. Más bien te diría que enterarte de que es un mal de muchos puede aliviarte y eso permite sobrellevar ciertos períodos mucho mejor. No sé quién acuñó la frase pero habría que repensar si es consuelo de tontos o si el problema es, en realidad, quedarse con los brazos cruzados porque es un mal compartido. En todo caso, me parece que saber que es un mal de muchos produce alivio y nos da un respiro para saber que no estamos locos y que lo que nos pasa es algo esperable. Creo que el saber siempre es bueno porque nos permite tomar mejores decisiones. Ese es el espíritu de este blog, acercarte saberes (ya sea en formato de textos, entrevistas o reseñas) porque cuanto más sepas más libertad tendrás para tomar decisiones en tu vida.
PSSST!: si te gustó este artículo dejame que te recomiende leer este y este otro. Y si tenés ganas de aprender más sobre lo que es esperable que te suceda al expatriarte así como también ideas de como manejarlo, te cuento que hay un Curso con toda esa info: lo tenés acá.