Por ahí este título te sorprenda. Quizás te preguntes qué tiene que ver esto con la psicología o con la vida expat/migrante. Pero sí, está relacionado ya que muchísimas veces la expatriación o migración implica dejar un trabajo y otras tantas, una profesión. Años atrás, la mayoría de las expatriaciones generalmente sucedían a partir de una propuesta laboral para el sostén de la familia, mientras que el otro integrante de la pareja (la esposa en un 99,9% de los casos) no trabajaba. En la actualidad, las expatriaciones no solo se dan con relación a oportunidades laborales sino también cuando dos personas de distintos países se enamoran. Y, en cualquiera de los dos casos, es muy común que alguno de los dos integrantes de la pareja deje de lado su propia carrera.*

El amor puede ser muy grande y muy fuerte pero, cuando sentimos que hemos dejado de lado cosas propias y no encontramos cómo reemplazarlas, pueden aparecer importantes tensiones en la pareja. En muchos casos, tampoco ayuda no hablar el idioma del país donde estamos viviendo, no estar habilitados para trabajar allí o no poder adaptar nuestra profesión a ese país (por ejemplo, si hemos estudiado Leyes).

¿Qué hacer, -entonces? Seguramente en los primeros tiempos estemos super-ocupados tratando de armar una casa, con papeles y trámites y, si tenemos hijos, también conociendo a los padres de sus nuevos amigos/compañeros, ayudándolos a integrarse, etc., etc., etc.. Pero lo cierto es que, si en nuestro lugar de origen solíamos trabajar activamente, la inactividad en ese terreno puede tornarse difícil pasado un tiempo. Aclaro que hay personas a las que no les sucede esto y logran encontrar ocupaciones y actividades nuevas que las llenan y eso está buenísimo. Este artículo lo escribo, más bien, para quienes sienten un vacío grande.

Mi experiencia en el consultorio y en la investigación me ha mostrado que hay muchísimas personas que no se encuentran a gusto habiendo seguido el trabajo de su pareja o habiéndose mudado por amor y no sabiendo qué hacer en lo laboral o teniendo trabajos que no les generan ningún interés real. En otros casos el trabajo del marido implica tantas mudanzas que se plantean si tiene sentido continuar con la propia carrera. Y bueno, si lo pensamos bien, desde un punto de vista tradicional la verdad es que no.  No tiene lógica empezar a buscar un trabajo cuando al año siguiente vamos a tener que dejarlo y empezar a buscar otro en otro lado. Si bien están empezando a aparecer oportunidades para expatriar a ambos (dual career) y algunas empresas ofrecen servicios de búsqueda laboral al otro miembro de la pareja, seamos honestos: quizás en nuestro país de destino haya nativos con nuestras mismas habilidades que, además, hablan el idioma mil veces mejor que nosotros.

Por eso es tan importante que nosotros mismos empecemos a entender todo lo que aprendemos con la experiencia internacional (sobre esto podés leer acá) y, también que podemos reinventarnos.

Así como ya no somos los mismos luego de haber migrado, nuestra contribución tampoco será la misma.

Estas nuevas capacidades que tenemos, o que hemos descubierto en nosotros mismos, también pueden ayudarnos a encontrar nuevos intereses que podrían convertirse en nuevos trabajos. La experiencia migratoria siempre nos ayuda a aprender muchísimo de nosotros.

Cada día hay más personas que ofrecen nuevos servicios en áreas nuevas, desde asesoría sobre la organización de la casa (¡o de los placards!) hasta evaluación de las pertenencias antes de una mudanza (qué tirar y qué llevar, para quienes les cuesta desprenderse de las cosas). Y lo hacen en modalidad presencial y en línea (online).

Una carrera portable es un trabajo que podemos llevarnos a nuestro próximo destino. Puede ser un emprendimiento propio o puede ser un trabajo para otros.

Vivimos en una época sin precedentes con relación a las posibilidades que existen. La tecnología nos brinda opciones que no teníamos hace diez años. Por eso es cuestión de reconocer nuestros talentos, juntar fuerzas y ganas y poner la creatividad en acción.

*Aclaración: migración hay desde que el mundo es mundo y por supuesto que las guerras han generado muchos desplazamientos también, me refiero aquí a los desplazamientos de la población latinoamericana de clase media/media alta y alta.

PSSST!: si te gustó este artículo dejame que te recomiende leer este y este otro. Y si atravesaste fronteras y sentís que tu brújula ya no funciona en el nuevo lugar, no dejes de mirar este Curso que lo hice especialmente para ayudarte: lo tenés acá.