Hace un tiempo atrás me encontré con estas palabras que me gustaron mucho y por eso te quiero compartir. Quien las dijo es la esposa de David Pollock*. Ella dijo lo siguiente -la traducción es mía-: “David nunca pensó que fuera algo negativo que los padres vivieran fuera de su país de origen trabajando y criando hijos ‘transculturales’. Él creía que la preparación, la intervención y el cuidado podían ayudar a que hubiera menos shocks y traumas (yo diría “duelos congelados”) y un mayor nivel de salud en todo nivel para toda la familia. ”
Me encantan sus palabras porque tienen mucho que ver con mi decisión de escribir este blog. Tengo que confesar que los medios sociales (el famoso social media) no son mi fuerte ni mi pasión. Pero saber que los padres podrían ayudar a sus hijos a tener mejores transiciones sí lo es. Saber que puedo contribuir a eso hace que esta escritura me resulte necesaria. Si ayudamos a nuestros hijos a tener mejores procesos, a que puedan hacer sus duelos cuando lo necesitan, a que aprendan a validar sus emociones, bueno, pienso que además de ayudarlos en el proceso de transición les estamos dando herramientas para la vida misma.
Hoy te acerco estos “tips” para, justamente, poder ayudarlos en la adaptación (y agrego: como la vida normalmente presenta situaciones a las que hay que adaptarse, seguro podrás aplicarlas en otras cuestiones).
1. Aceptar y validar lo que siente. No todos experimentamos las situaciones de la misma manera. A veces cuando nuestros hijos protestan por algo o expresan sus temores acerca de algo nos apresuramos a explicarles las ventajas o mostrarles lo positivo. Pero es muy difícil para ellos escuchar lo que les estamos diciendo si no sienten que ponemos atención a lo que nos están diciendo. Seguramente lo dije antes y lo siga diciendo cada vez que tenga oportunidad: hacer espacio para que puedan expresar lo que sienten sin que nadie los contradiga es fundamental. (¿Cuántas veces nos han dicho “No podés enojarte por esto o aquello? ” ¿Y cuántas veces que nos dijeron eso lograron que se nos fuera el enojo en el momento? La fiscalía descansa.)
2. Observar y nombrar (ayudar a entender). Muchas veces nuestros hijos no expresan lo que están sintiendo. La mayoría de las veces —si son pequeños— es porque no saben muy bien lo que sienten. Quizás se porten mal, no sigan reglas, estén irritables. Y puede ser que estén ansiosos, nerviosos, preocupados pero no necesariamente lo comuniquen de este modo. En medio de transiciones, muchos chicos se enferman y otros empiezan a tener berrinches o trastornos de sueño. Lo ideal sería respirar profundo (respirar de vuelta) e intentar detectar qué les está pasando. Ayudarlos a poner palabras a las emociones siempre ayuda a que esos comportamientos disminuyan.
3. Mantener. No siempre es fácil pero durante las transiciones justamente son un período en el que es importante apuntar a que algo (rituales familiares, cenas, objetos) se mantenga estable. Se pueden inventar rituales nuevos que permitan empezar a construir la sensación de permanencia, de estabilidad que todos, incluidos los adultos, necesitamos. Los rituales o costumbres familiares permiten dar a los niños una sensación de seguridad que es muy importante. Y, cuando sepamos que temporalmente no vamos a poder sostenerlos, sería positivo conversarlo con ellos, avisarles que, por ejemplo, por un tiempo no podremos el desayunar de determinada manera porque estamos en una casa donde no podemos cocinar pero tan pronto tengamos una cocina lo estaremos retomando.
Como sucede con casi todo en la vida, vivir fuera del país de origen no es ni bueno ni malo para nuestros hijos. Está en nuestras manos ayudarlos a transitar la experiencia de una manera más saludable para que puedan aprovechar las ventajas que trae aparejada la vida internacional aminorando las desventajas.
* David Pollock fue quien, junto a Ruth van Reken, dedicó muchísimos años a investigar los efectos de vivir fuera del país de origen en los niños, third culture kids o crosscultural kids: TCK o CCK por sus siglas en inglés). Su libro es bibliografía altamente recomendable para todo aquel que tenga hijos que estén creciendo (o hayan pasado unos años) fuera de su lugar de origen.
Third Culture Kids, Growing Among Cultures, Revised Edition.
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